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La ventilación es un componente esencial para mantener un ambiente interior saludable y confortable. Dos enfoques comunes son los sistemas de ventilación de flujo simple y los sistemas de doble flujo. Los sistemas de flujo simple proporcionan una renovación básica del aire, mientras que los sistemas de doble flujo van más allá al incorporar funciones avanzadas que optimizan la eficiencia energética y la calidad del aire interior.

Ventilación de Flujo Simple:

Los sistemas de flujo simple son conocidos por su simplicidad. Introducen aire fresco y expulsan el aire viciado, pero carecen de la capacidad de recuperar calor o energía del aire expulsado. Aunque son una opción efectiva para una ventilación básica, no ofrecen las ventajas adicionales de eficiencia energética y control de calidad del aire que se encuentran en los sistemas más avanzados.

Ventilación de Doble Flujo:

En contraste, los sistemas de doble flujo llevan la ventilación a un nivel superior. Destacan por su capacidad para recuperar el calor del aire expulsado, precalentando el aire  entrante. Este intercambio de energía resulta en una eficiencia energética notable, reduciendo los costos de calefacción y refrigeración. Además, algunos sistemas de doble flujo incorporan avanzados filtros y la posibilidad de gestionar la humedad y la eliminación de moho, mejorando significativamente la calidad del aire interior y la comodidad a largo plazo.

En resumen, si bien ambos sistemas cumplen con la función fundamental de la ventilación, los sistemas de doble flujo emergen como la elección preferida para aquellos que buscan maximizar la eficiencia energética y crear un entorno interior más saludable y confortable. La capacidad de recuperación de calor y las características avanzadas hacen que los sistemas de doble flujo sean una inversión valiosa para el bienestar a largo plazo.

La ventilación de los Sistemas descentralizados  hace frente de manera efectiva a la rehabilitación de habitaciones con un alto contenido de humedad, gas radón, dióxido de carbono y monóxido de carbono por lo que se utilizan ampliamente en la construcción y reparación de viviendas y locales no residenciales.